Los individuos con TDAH pueden experimentar dificultades para mantener la atención, la función ejecutiva (o la habilidad del cerebro para comenzar una actividad, organizarse y llevar a cabo tareas) y la memoria de trabajo.
Existen tres tipos distintos de TDAH: Inatento, Hiperactivo-impulsivo, Inatento e hiperactivo-impulsivo combinado. Algunos de los criterios para el diagnóstico del TDAH según el DSM-V son:
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Presentación clínica de falta de atención (Inatento)
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No presta atención a los detalles o comete errores por descuido.
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Tiene dificultad para mantener la atención.
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Parece no escuchar.
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Tiene dificultad para seguir las instrucciones hasta el final.
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Tiene dificultad con la organización.
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Evita o le disgustan las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
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Pierde las cosas.
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Se distrae con facilidad.
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Es olvidadizo para las tareas diarias.
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Presentación clínica hiperactivo/impulsivo:
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Mueve o retuerce nerviosamente las manos o los pies, o no se puede quedar quieto en una silla.
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Tiene dificultad para permanecer sentado.
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Corre o se trepa de manera excesiva; agitación extrema en los adultos.
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Dificultad para realizar actividades tranquilamente.
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Actúa como si estuviera motorizado; el adulto frecuentemente se siente impulsado por un motor interno.
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Habla en exceso.
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Responde antes de que se haya terminado de formular las preguntas.
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Dificultad para esperar o tomar turnos.
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Interrumpe o importuna a los demás.
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Presentación clínica inatento e hiperactivo-impulsivo combinado
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El individuo presenta síntomas de ambas presentaciones clínicas mencionadas
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